4 may 2016

Cambio…

Por las calles iba yo andando, en una danza diaria de rutina, como quien la vida deja pasar por la vereda del frente, querubines acompañaban mis pasos mecánicos, fríamente medidos, detalladamente calculados, llenos de pensamientos de antaño, recuerdos funestos del eterno sentimiento guardado en cubrecamas, que no dejan descansar por las cálidas mañanas invernales, sin buscar razón para un nuevo latido iba, con las letras en la punta de los guantes que tenía guardado en el cajón más recóndito de mi alma, te vi venir, te vi acercarte, y como golpe del martillo de Thor, escuche tu risa, y vi en tu ojos, y recordé la alegría que hacía mucho tiempo no contemplaba en otra mirada, como explicar los eternos segundos que viví aquella mañana, cuando por un simple chiste, dejaste en libertad lo que sería mi salvación a mis días de ardua rutina solitaria, días que pensaba nuevamente dejarlos atrás para buscar aquel olvido encerrado en lo profundo de mi ser…
atardecer
… nuevamente campanas y serpentinas brotaron tal cascada brota del vientre de la montaña, llena de vida, de colores y de una inmensa capa de flores que son escoltadas por el vuelo de mariposas, abejas, y toda clase de aromas agradables, un simple gesto basto para devolverme lo que creía perdido hace tiempo, lo que creí no merecía tener nuevamente entre mis brazos, lo que solo me daba el lujo de pensarlo en sueños, ahora la rutina tiene otro color, en estos momentos, no veo la hora de que comience un nuevo día, despedir por unas horas al rey de los sueños, para poder volver a esta nueva rutina, y quizás, volver a sentirme vivo al ver y escuchar la melodía de tu tiernas palabras, el café del infinito color de tus ojos, los hilos de seda que adornan tus pensamientos, y los pétalos de rosa que cubre tu alma, me devolviste mucho sin darme nada, espero algún día animarme a decirte algo, y llegar a conocerte, para poder en su medida, compartir el mundo que siento dentro mío nuevamente, no sé lo que el Padre tenga reservado para mí, no sé, mucho menos, lo que gracias a mis actos pueda merecer o no, pero si se, que nuevamente una mágica alegría recorre todas mis venas, y mis pensamientos otra vez comenzaron a querer volver a ver a una persona, buscar un tema de conversación, mis oídos, quieren sentir el suave tono de esa voz, que con ese simple acto, despertó lo que pensé nunca más despertaría, y está resignado a dejarlo como estaba, hoy nuevamente, vuelvo a soñar despierto con un mañana, y querer contemplar en silencio, el instante eterno en que puedo verla.