Los 2 tenemos batallas jugadas, derrotas y victorias, ambos hemos jugado anteriormente este juego, y en algún punto, perdimos la última batalla, nos seduce la idea de un nuevo enfrentamiento de pensamientos, llenos de sentimentalismos y cálidas caricias al compas de dos almas conociéndose, saboreándose entre sí, sintiéndose parte cada uno del otro, y de ninguno a la vez, sentimientos confusos, sensaciones cálidas y descontroladas, sentir fuego y escalofrió al mismo tiempo danzando en un juego al que quisiéramos, fuera el ultimo al que tengamos que jugar, y tenemos miedos, a perder nuevamente, a que nos jueguen mal, al engaño, a no saber jugar…
La vida es un sinfín de dolores, en donde cada tanto, nos tomamos un respiro para disfrutar a quien tenemos al lado, momentos es donde hacemos un alto al fuego, desnudamos nuestras mentes y compartimos largas charlas mudas, pero llenas de alegrías, para luego retomar la batalla, ahora con más ganas de seguir luchando eternamente junto a esa compañía.
Mas los dos jugamos las estrategias que la vida nos ha enseñado, algún atacara de pronto, otro rodeara buscando un punto débil, las estrategias son validas y necesarias, son románticamente seductoras, cálidas, las cuales nos preparan para cuando decidamos dar el primer paso, si es que algún día lo damos, ya que el destino es morbosamente cruel, y a veces, cuando estamos prontos para luchar, nos cruza en nuestro camino con algún conflicto que nos desvía la atención, y en algunos casos, pecamos olvidando nuestra batalla, dando lugar a otros juegos, ni mejores, ni peores, distintos, en donde solemos equivocarnos y elegir incorrectamente, para luego de mucho batallar, añorar y contemplar las cicatrices de guerras que no fueron, juegos que no se jugaron o se abandonaron, y al ver para atrás, en ese momento, ver que nada podrá ser igual que antes, y uno debe seguir jugando hasta que se termine el recreo.
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